CLAUDIO AVRUJ
PARA SIEMPRE
DEL DRAGON

Páginas: 336
Tamaño: 15.0 x 23.0 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789878322735

Solo un grupo único de hombres comunes, sencillos, sensibles, al pasar por esa esquina pueden dar fe de que allí hubo un tiempo en el que vibró un bodegón. Solo ellos pueden dar testimonio de que en él estuvo brillando la vida. Un lugar invisible para todos menos para quienes lo pueden ver, los que se animaron a habitarlo y pudieron dar forma a su mejor historia, que fue escrita con la tinta de la identidad, y narrada con la pasión por lo que se ama, celebrando la amistad sincera y disfrutando la felicidad que solo el encuentro sabe provocar. Fue en el barrio de Villa Crespo donde el judaísmo, askenazí y sefaradí, se muestra sin timidez, ahondando cada día su orgullosa marca indeleble, entrelazado, seguro de sí mismo, y aportando, sin reserva, al mosaico de identidades que nos hace distintivos como sociedad. Marcel Proust afirmó que no se extrañan los sitios, sino los tiempos. Para siempre atesora los recuerdos de un tiempo maravilloso y único en lugares mágicos. El tiempo que siempre se extraña. Al que le dieron vida Vangall, Paco, los cuatro "dones" y los muchachos de Elequipo. Los hombres únicos, comunes y sensibles del bodegón.

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Solo un grupo único de hombres comunes, sencillos, sensibles, al pasar por esa esquina pueden dar fe de que allí hubo un tiempo en el que vibró un bodegón. Solo ellos pueden dar testimonio de que en él estuvo brillando la vida. Un lugar invisible para todos menos para quienes lo pueden ver, los que se animaron a habitarlo y pudieron dar forma a su mejor historia, que fue escrita con la tinta de la identidad, y narrada con la pasión por lo que se ama, celebrando la amistad sincera y disfrutando la felicidad que solo el encuentro sabe provocar. Fue en el barrio de Villa Crespo donde el judaísmo, askenazí y sefaradí, se muestra sin timidez, ahondando cada día su orgullosa marca indeleble, entrelazado, seguro de sí mismo, y aportando, sin reserva, al mosaico de identidades que nos hace distintivos como sociedad. Marcel Proust afirmó que no se extrañan los sitios, sino los tiempos. Para siempre atesora los recuerdos de un tiempo maravilloso y único en lugares mágicos. El tiempo que siempre se extraña. Al que le dieron vida Vangall, Paco, los cuatro "dones" y los muchachos de Elequipo. Los hombres únicos, comunes y sensibles del bodegón.