RODRIGO MANIGOT
LAS COSAS QUE EMPECÉ DE GRANDE
LA CRUJIA

Páginas: 240
Tamaño: 14.0 x 21.0 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789876013529

Alberto Laiseca decía que había que leer mucho más de lo que cada uno llegara a escribir. Que mientras estuviéramos conectados con la lectura lo otro ya iba a venir. Que era algo inevitable. Rodrigo lo expone bien en estas páginas al mostrarnos su ansiedad lectora. Y; también; el camino que se inicia una vez que se decide compartir lo que uno hace. La importancia de los talleres; de quienes los dictan y; sobre todo; lo que ha quedado históricamente invisibilizado: las compañeras y los compañeros de taller; de su rol. Del compromiso tanto con los textos propios como con los del resto del grupo. Y del equilibrio justo entre el aliento y la competencia. Divinas metáforas futboleras propias de un país del que surgió un D10s y hasta un Messías. La literatura de saldos como formación. La música ahí; todo el tiempo. La educación sentimental de quienes nos criamos en el Oeste. Y esa universalidad. Más la sabiduría propia del diablo por aquello de saber más por viejo que por diablo. Porque si cruzamos el medio siglo de vida algo; por lo menos; seguro que aprendimos. De ese peregrinar y de los años de continuidad en un espacio nos habla Rodrigo Manigot en este libro; con esa honestidad bestial que caracteriza su escritura; sus canciones; su trabajo.

LAS COSAS QUE EMPECÉ DE GRANDE

$22.500,00
LAS COSAS QUE EMPECÉ DE GRANDE $22.500,00
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Lema Libros Sobremonte 617 Río Cuarto, Córdoba. Horarios de atención: Lunes a Viernes: 8:30hs a 12:30hs y de 16:30 a 20:30hs. Sábados: 9:00hs a 13:00hs

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

RODRIGO MANIGOT
LAS COSAS QUE EMPECÉ DE GRANDE
LA CRUJIA

Páginas: 240
Tamaño: 14.0 x 21.0 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789876013529

Alberto Laiseca decía que había que leer mucho más de lo que cada uno llegara a escribir. Que mientras estuviéramos conectados con la lectura lo otro ya iba a venir. Que era algo inevitable. Rodrigo lo expone bien en estas páginas al mostrarnos su ansiedad lectora. Y; también; el camino que se inicia una vez que se decide compartir lo que uno hace. La importancia de los talleres; de quienes los dictan y; sobre todo; lo que ha quedado históricamente invisibilizado: las compañeras y los compañeros de taller; de su rol. Del compromiso tanto con los textos propios como con los del resto del grupo. Y del equilibrio justo entre el aliento y la competencia. Divinas metáforas futboleras propias de un país del que surgió un D10s y hasta un Messías. La literatura de saldos como formación. La música ahí; todo el tiempo. La educación sentimental de quienes nos criamos en el Oeste. Y esa universalidad. Más la sabiduría propia del diablo por aquello de saber más por viejo que por diablo. Porque si cruzamos el medio siglo de vida algo; por lo menos; seguro que aprendimos. De ese peregrinar y de los años de continuidad en un espacio nos habla Rodrigo Manigot en este libro; con esa honestidad bestial que caracteriza su escritura; sus canciones; su trabajo.