KOHAN MARTIN
HOLA? UN REQUIEM PARA EL TELEFONO
GODOT EDICIONES

Páginas: 136
Tamaño: x
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789878928463

El teléfono es hoy (o parece ser) un objeto caído en desuso. Si en algún momento era el principal medio por el cual una persona podía comunicarse con otra y esa era su única función, hoy ha mutado (de teléfono de línea a celular), y ha dejado de cumplir esa única función para ser un dispositivo que sirve para muchas otras cosas: sacar fotos, enviar mensajes de audio, filmar, navegar por Internet. Pero no para hablar. El dato es que las conversaciones telefónicas empiezan ritualmente así, diciendo ¿Hola?, deteniéndose antes que nada en el propio canal de la comunicación, constatando una y otra vez, y antes de empezar la conversación propiamente dicha, que el canal efectivamente está y que anda perfectamente bien. Como si un resto de asombro ante el hecho mismo de que el teléfono exista no pudiese sino aflorar ante cada llamado y ante cada respuesta, como si cada conversación telefónica no pudiese sino verse antecedida por una especie de homenaje implícito ante el prodigio, nunca asimilado del todo, de poder hablar con otro aunque el otro no esté ahí. Martín Kohan

HOLA? UN REQUIEM PARA EL TELEFONO

$17.999,00
Sin stock
HOLA? UN REQUIEM PARA EL TELEFONO $17.999,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

KOHAN MARTIN
HOLA? UN REQUIEM PARA EL TELEFONO
GODOT EDICIONES

Páginas: 136
Tamaño: x
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789878928463

El teléfono es hoy (o parece ser) un objeto caído en desuso. Si en algún momento era el principal medio por el cual una persona podía comunicarse con otra y esa era su única función, hoy ha mutado (de teléfono de línea a celular), y ha dejado de cumplir esa única función para ser un dispositivo que sirve para muchas otras cosas: sacar fotos, enviar mensajes de audio, filmar, navegar por Internet. Pero no para hablar. El dato es que las conversaciones telefónicas empiezan ritualmente así, diciendo ¿Hola?, deteniéndose antes que nada en el propio canal de la comunicación, constatando una y otra vez, y antes de empezar la conversación propiamente dicha, que el canal efectivamente está y que anda perfectamente bien. Como si un resto de asombro ante el hecho mismo de que el teléfono exista no pudiese sino aflorar ante cada llamado y ante cada respuesta, como si cada conversación telefónica no pudiese sino verse antecedida por una especie de homenaje implícito ante el prodigio, nunca asimilado del todo, de poder hablar con otro aunque el otro no esté ahí. Martín Kohan