FIODOR M. DOSTOIEVSKI
CRIMEN Y CASTIGO
PLUTON

Páginas: 468
Tamaño: x
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788417477639

El joven estudiante Raskólnikov, agobiado por la pobreza y el orgullo, busca afanosamente la manera de salir de su difícil situación. Y tras semanas de arduo tormento, acaba cometiendo un crimen absurdo. La novela Crimen y castigo (1866) relata, precisamente, los días que median entre el asesinato y la posterior condena de Raskólnikov. Nadie ha descrito con más precisión la soledad de un hombre perdido en una ciudad como Fedor Dostoievsky. Y ahí, en la soledad del estudiante que no pudiendo ser santo decide ser criminal, que no pudiendo ser criminal decide sentirse culpable, vuelve a revivir una y otra vez Raskólnikov. Esa palabra misma, la palabra culpa, no podemos ya definirla sin pasar por Raskólnikov, el hombre que convirtió este dolor en una especie distinta de placer.

CRIMEN Y CASTIGO

$34.630,00
CRIMEN Y CASTIGO $34.630,00
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Lema Libros Sobremonte 617 Río Cuarto, Córdoba. Horarios de atención: Lunes a Viernes: 8:30hs a 12:30hs y de 16:30 a 20:30hs. Sábados: 9:00hs a 13:00hs

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

FIODOR M. DOSTOIEVSKI
CRIMEN Y CASTIGO
PLUTON

Páginas: 468
Tamaño: x
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788417477639

El joven estudiante Raskólnikov, agobiado por la pobreza y el orgullo, busca afanosamente la manera de salir de su difícil situación. Y tras semanas de arduo tormento, acaba cometiendo un crimen absurdo. La novela Crimen y castigo (1866) relata, precisamente, los días que median entre el asesinato y la posterior condena de Raskólnikov. Nadie ha descrito con más precisión la soledad de un hombre perdido en una ciudad como Fedor Dostoievsky. Y ahí, en la soledad del estudiante que no pudiendo ser santo decide ser criminal, que no pudiendo ser criminal decide sentirse culpable, vuelve a revivir una y otra vez Raskólnikov. Esa palabra misma, la palabra culpa, no podemos ya definirla sin pasar por Raskólnikov, el hombre que convirtió este dolor en una especie distinta de placer.